A casi 20 años de la caída del Muro de Berlín
Lloré
de emoción
y de envidia.
Los vi
escalarlo,
hacerlo pedazos
con la desesperación
valerosa
que da
el sentimiento.
Arañando
con las uñas
aquéllo
odioso
que los dividía
en artificial
segregación
de las utopías.
No es perfecto
el mundo
pero hay
un muro
menos.
Caerá también
el muro
de agua.
El muro
que separa
a Cuba
de sus sueños.
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