viernes, 23 de octubre de 2009

Nocturno de la muerte


Sobre la frente

el húmedo óvalo de un beso único.


La muerte

—matrona excelsa de viejas cábalas—

estrena sus alas en inalcanzable vuelo

de idílica danza interminable

que presta harapos de sueño

al desnudo lastimoso

de las dalias ya marchitas.


¡Paz!


Tranquilidad

desolada flotando en la yerta

sombra...


Belleza terrible de umbría amenaza

confundida en morbosos trazos

de imaginación y desesperanza.


Del otro lado de la puerta

reposa

la calma absoluta e

en su dominio estelar

sin flores

ni montañas

ni cerraduras

bajo el reflejo en tangible escrutinio

de cálidas lunas

solitarias.




2 comentarios:

DOMINGO PUERTA dijo...

Qué bueno que aún estemos vivos y esa mala ramera que es la Muerte aún no nos haya dado alcance, ¿no crees, amigo Pedro? ¡A vivir, a vivir! :)

Pedro F. Báez dijo...

Domingo, eres genial, y siempre sabes aportar lo que realmente es necesario con tus comentarios. De acuerdo. ¡Qué bueno que estamos vivos y que podemos vivir, vivir! Realmente por eso es que escribimos de y pensamos en la muerte... Nos hace reflexionar sobre y contemplar nuestras vidas y enfrentarnos con nuestra propia fragilidad. Seguimos viviendo, hermano :)




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Mi foto
La Habana, Cuba, Los Ángeles, Estados Unidos
Nacido en La Habana, Cuba, el 3 de diciembre de 1960. Emigra a Estados Unidos en 1980, a través del éxodo masivo de Mariel. Ganador de numerosos concursos de poesía, literatura y ensayo en Cuba y Estados Unidos. Publica su primer poemario, "Insomnia" en 1988, con gran acogida por parte de la crítica especializada y el público. Considerado por críticos y expertos como uno de los poetas fundamentales y representativos de la llamada Generación del Mariel junto a Reinaldo Arenas, Jesús J. Barquet, Rafael Bordao, Roberto Valero y otros.