A la ciudad de oropeles, vana y mentida como su nombre
Cofre esplendente
abierto al ojo
desde el aire.
Gema en la altura
medida en quilates
de celuloide.
Burda mentira
a ras de enferma luz
y acosada sombra.
A la ciudad de oropeles, vana y mentida como su nombre
Cofre esplendente
abierto al ojo
desde el aire.
Gema en la altura
medida en quilates
de celuloide.
Burda mentira
a ras de enferma luz
y acosada sombra.
2 comentarios:
Aquí en España, amigo Pedro, está muy extendida la idea de que Los Ángeles es la ciudad del automóvil, en la que no se bajan del coche ni para atracarte. Pero seguro que algo bueno tendrá, tú por ejemplo. ;)
Querido Domingo, ¡me haces sonrojar! Es ésta una ciudad cómoda pero vacía y cargada de 'privacidades'. Un enorme garaje sobre ruedas... Abrazos :)
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