
En los pliegues de la ausencia
se estruja
el alma
descosida
en la madeja
de deseos prendidos
al mohoso alfiler
del cruento hastío.
En la urdimbre
quedó
todo aquello
que fue hermoso y tibio
bordado
en festones
de urgente alegría
y tardía magia.
Tela antigua
impregnada
de vieja añoranza
y sexual efluvio:
sobre ti se derramó
en ofrenda
la convulsa dureza
transformada
en opalescente viscosidad
y proteica blancura
—manjar
y origen de dioses—
marcando
el templo
que antaño
fuera mi cuerpo
abierto al culto incuestionable
de tu exceso
devenido en deidad
de progresiva,
alargada,
enhiesta efigie.
Quedan hoy
sólo
los hilos de la memoria
hilvanados
en precario pespunte
sobre el tejido
amarillento
y frágil
de lo que fuera
pasión
erecta
sin fin.
2 comentarios:
... Tienes un premio en mi Blog, puedes pasarte a recogerlo cuando desees...Bsos
Gracias, Kenzo. Ya te envié correo aparte. Bienvenido siempre. Abrazos :)
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