Presiento
desde tu entraña montañosa
el dolor profundo
aguerrido
de tu gente
desprovista y cansada
escalando
las cordilleras de escombros
y la ruina amarga
de lo poco que fue
y de lo que nada
queda.
Soberbia tu vena
africana
matizada
de Francia tricolor,
cobre taíno
y roja España
en la distancia
de aquella alborada
de barcos negreros:
escorbuto
plantación de palacete
y esclava corte
en el escarpado monte
cafetal sombrío y hosco
donde se dejan las manos
y fragmentos
de la piel que huye
caña de azúcar
que hiere y se pega
como aguamala
de verdes tentáculos
flexibles
al viento
y el látigo
certero y ceñudo
surcando en escarlata
espaldas anchas
como plazas
sobre hombres
oscuros, viriles y hermosos
como troncos de árboles
y mujeres
tan esbeltas y altivas
como palmas de azabache
empinadas
contra el azulísimo cielo
que baja
desde tu cima más alta
a bañarse
en las aguas
del Caribe
de crepúsculos
que testimonian tu abolengo
de isla predilecta y rebelde
forjada en fuego y sangre
de aspiraciones perdidas
una y otra vez
en los senderos
de una historia difícil
y traicionada
por múltiples reveses
y mezquinas
maquinaciones.
Te veo martirizada
y llora mi vergüenza
y con ella
mis recuerdos de Cuba
esa hermana mayor
emparentada por mutua geografía
de donde avizoraban
a su extremo oriente
tus luces
y se escuchaba
en rítmico repique
tu ardiente llamando
a la tumba francesa
en noches
de clarísimo silencio y lenta madrugada
cuando desovaban
en la solitaria arena
las tortugas con carapachos
como joyas labradas
de jade y ébano
y dormitaban los delfines
bajo la luz sutil de la luna
que hoy te ofrece
sin reservas
su techo de aire
como única morada
legada
al desconsuelo
repetido
de tu tristeza.
4 comentarios:
Cuando parece que ya no quedan más lágrimas que derramar por Haití tú, amigo Pedro, consigues de nuevo el estremecimiento, la réplica en nuestros corazones de aquel maldito terremoto que se lo llevó todo y deja más nada en la nada.
Te dejo aqui mi granito de arena, mi apoyo y mi pena para Haití y para otros muchos que aunque no se les nombre porque no son noticia están sufriendo...
Un saludo.
Gracias a todos por la solidaridad y el apoyo a Haití. Haití y su tragedia actual son una dolorosa metáfora y un desgarrador recordatorio del fracaso interno de los gobiernos corruptos y vendepatria que sucesivamente han gobernado esta isla y de la indiferencia y abandono del mundo desarrollado hacia los países tercermundistas más pobres del mundo, del cual Haití es triste ejemplo clásico. Ojalá que este desastre y sus consecuencias nos haga tomar conciencia a todos y podamos hacer cambios positivos en nuestras actitudes y nuestras formas de ver y sopesar nuestras vidas y la cada vez más estrecha relación que tenemos con todo el mundo, sin excepción.
Tremendo poema donde descubres el alma y la historia de este pueblo que se ha hecho a fuerza de sangre y sufrimiento y en el que continua puesta nuestra mirada y nuestra alma que llora desconsolada aunque en mi caso esperanzada también.Un abrazo, Pedro.
Publicar un comentario