(Con audio en la voz del autor)
Llega de nuevo
el gris
a posarse
sobre mi hombro.
Susurra al oído.
No digo nada.
Lo dicho
debe haber sido
— intuitivamente —
triste.
Bostezo en repeticiones mientras
levito
en la calle
que en más grises
confunde
asfalto y aceras con cielo
y cielo
con urgencia
de reprimido llanto
que amenaza lluvia.
No lloro
porque sea hombre
sino
por niña cobardía...
Temo llorar y ahogarme
en el caudal
de mi llanto...
Temo
asfixiarme
— irremediablemente —
en el gris
que severo
vigila.
(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)
4 comentarios:
¡Ay, amigo Pedro! Estás en Los Ángeles, pero escuchando tu voz prodigiosa te siento como si estuvieras en la silla de enfrente. Qué bien haces los giros, las impostaciones, los tonos y los requiebros. Hasta me he asustado y todo con ese potente "temo llorar y ahogarme...". Maravilloso sobresalto. :)
¡Ay, Domingo querido! ¡Siempre la palabra amable y el buen carácter que levanta los ánimos de un muerto! A veces las cosas salen bien sin casi esfuerzo, y es cuando nos salen realmente del alma, sin dramatismos ni cursilerías... Te abrazo y te digo que me place que te haya gustado el poema y que te agrade mi voz.
Así, exactamente así, es como me siento en días grises. También se me hace dificil distinguir el suelo con el cielo, y lloro no por ser mujer, sino por niña cobardía, como tú bien lo expresas. Prefiero eso, antes que asfixiarme.
Bello, muy bello, real como la vida misma.
Un abrazo enorme,
Anouna
Mi estimada Anouna, ¡qué alegría saber que estás bien y qué alegría tenerte por esta Isla! Espero que de alguna manera las cosas estén regresando a algún grado de "normalidad" para todas las personas y áreas afectadas en Chile. Y sí, a veces uno se siente como si quisiera explotar o ahogarse dentro de uno mismo... En esos días, mejor llorar... Te abrazo y te espero siempre.
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