(Con audio en la voz del autor)
Nictálope
el miedo
atisba desde el claroscuro
en relieve
como
el fantasma
de un animal
parido
de profundidades.
La espera
míope
estruja sus manos
haciendo remolinos
con el miedo en sarta
que como rosario
transita
temblando
entre sus dedos.
La duda astuta
visionaria y con lentes
aguarda pacientemente
el discurrir
de la espera
—que desgarra al miedo—
y los monta
guiándolos con maña
al establo de lo absurdo
donde los ceba
—destinándoles,
sin resistencia—
la elegante apatía
de sus propios
pesebres.
(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)
1 comentario:
¡Hola, Pedro! Elegante sí que es tu poema y original, nos remite a un mundo onírico e ideal. Y ya que estoy, agradezco infinitamente tu lectura y tu hermoso comentario, aunque en este caso no sea yo la autora de esa parte del relato del tuareg que has leído, pues fue una réplica que me dio mi colaborador de otro blog que tengo, de "Música y Poemas". En este caso él relataba poniéndose en la piel de la amada del tuareg, ya que yo relato como que soy el propio tuareg. Es divertido cambiarse los roles sexuales de vez en cuando, jeje. La siguiente parte, ya será mía, como las anteriores. Y decirte que las ilustraciones, las fotos de cuadros más o menos célebres, las pongo también en las poesías que edito en ese blog que te he citado y en mi blog principal, "El Blog de Mayte Dalianegra", donde también cuelgo algún poema de mi colaborador Jesús, pero que casi todos los poemas que allí se ven, son de mi autoría. A veces no sé qué me proporciona más placer, si escribir un poema o buscarle una pintura que le vaya, y es que hace años me dediqué profesionalmente a pintar y el arte me entusiasma. Y bueno, que corto rollo, que te voy a llenar esto con mis tonterías. Un beso muy fuerte y pasa un fin de semana estupendo, poeta.
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