jueves, 8 de julio de 2010

Ilusión

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Se arrastra con creciente dificultad. Cada irregularidad del terreno, cada sinuosidad es un insulto que desgarra su cuerpo. El sol y su escala centígrada no perdonan. Había dejado atrás todo en busca de algún lugar donde morar más cerca del agua, evaporada de su memoria cada vez más confusa y alucinada. El calor no podía ya medirse por las horas y su declinación aparente en el cielo radiante y pesado como una plomada azul —sin límites— contra el horizonte. Creyó distinguir el brillo serpenteante del agua sobre la arena, pero a pesar de la insolación y de la fiebre interior que la incineraban, supo que asistía a la burla cruel del desierto incendiado. El instinto conminaba a seguir adelante, pero la experiencia y su cuerpo maltrecho dieron la espalda al llamado de milenios comprimidos bajo los estratos de esta planicie que como un mar de dunas se encrespaba ahora para engullirla, para envolverla, para reclamarla como parte de su dominio de sílica, ventisca y silencio. Se acurrucó lo mejor que pudo sobre sí misma y se abandonó al calor abrasante y al castigo de la tolvanera. Sus párpados transparentes fueron testigos de la oscuridad creciente y sus músculos se crisparon con la sensación de un frío repentino, tercamente sádico y terminal. Nunca fue más inútil la muerte de un ofidio. A varios metros reptaba el agua como un espejismo en el turbio flagelo de la tormenta.


Pedro F. Báez-May 2010



5 comentarios:

Suso dijo...

Que angustia perecer tan cerca de una fuente de vida. O así andamos perdidos muchas veces.
Un fuerte abrazo

Amelia Díaz dijo...

Qué maravilloso relato, entremezclando espejismos y realidades hasta confundirlos...

Qué grande eres, mi cubano bello !!!

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Hola, mi querido Pedro. Triste destino para esa pobre serpiente, que no alcanzó a mitigar su sed y con ello preservar su vida. Lo has relatado maravillosamente, con un lenguaje muy escogido y bajo la óptica de quien ama incluso a aquéllos a quienes todos denostan. Un beso grande, amigo mío.

M. Angel dijo...

Hola Pedro, pecioso relato y penoso destino para quien luchaba por salvar su vida

Abrazo sincero
M. Ángel

MiLaGroS dijo...

Que genial Pedro. Esribes igual de bella la prosa que la poesia. Me ha encantado enganha leerlo y el final es sorprendente y eso es lo mejor. Muhos besos




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Mi foto
La Habana, Cuba, Los Ángeles, Estados Unidos
Nacido en La Habana, Cuba, el 3 de diciembre de 1960. Emigra a Estados Unidos en 1980, a través del éxodo masivo de Mariel. Ganador de numerosos concursos de poesía, literatura y ensayo en Cuba y Estados Unidos. Publica su primer poemario, "Insomnia" en 1988, con gran acogida por parte de la crítica especializada y el público. Considerado por críticos y expertos como uno de los poetas fundamentales y representativos de la llamada Generación del Mariel junto a Reinaldo Arenas, Jesús J. Barquet, Rafael Bordao, Roberto Valero y otros.