(Con audio en la voz del autor)
A Roger Rivero, compatriota intergaláctico
Cuando la Tierra
resumida en aerolitos
recurrió al mito
era ya tarde:
Dionisos había danzado
la expectativa y la tesis del rito.
Mares de sangre
—moscatel y óxido—
volumétricos y arqueados
sobre rubra lava:
aristas fragmentadas
vértices arquetípicos
inconclusas pirámides de incandescente
efímero conato.
No fue el fuego
sino la adoración del mismo.
Pálido suplicio
de los hombres
blancos.
Los negros
los amarillos
los de piel terrosa ya habían sido llama
luego fueron ceniza
finalmente, polvo:
gemas de sílice y carbono
en el desierto
que desde entonces
contra el silencio
es necrópolis autoritaria
del insomnio.
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4 comentarios:
"gemas de sílice y carbono
en el desierto
que desde entonces
contra el silencio
es necrópolis autoritaria
del insomnio."
Muy buena imagen, Pedro.
Un abrazo.
Pedro, pedazo de poeta y de artista.Cada vez escribes mejor y me dejas con la boca abierta sin saber que comentarte. Me encanta
tu originalidad, tu fuerza....
Un abrazo grande.
Huy, Pedro, bellísimo poema de sílice y carbono, como las gemas resultantes de las cenizas de ese conjunto multirracial de hombres. Un beso grande, mi querido amigo y te sigo leyendo, que veo que tengo varios poemas tuyos nuevos.
Hoy es el día que he podido sentarme a leer a mis amigos y me encuentro con esta grata sorpresa. Me ha gustado. Da la casualidad que el otro día estaba escuchando a dos personas hablar sobre los animales que pueden ser sacrificados al señor y yo con mi cabeza en los astros. Gracias por tenerme en tus pensamientos, y por tan gentil dedicatoria en este poema increíble, profundo. Un abrazo grande!!!!!
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