(Con audio en la voz del autor)
Entre pilares de aire
y bóvedas de clorofila
mi religión es el agua
y su liturgia, la vida.
Cuando contemplo en silencio
el cielo que negro brilla
la noche revela arcas
secretos y fantasías.
Quizás no estemos tan solos
quizá desde allí nos miran
tal vez, tocando una estrella
me toque otra mano un día.
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11 comentarios:
Hola Pedro,
no he podido evitar la sorpresa al leer hoy tu poema y sobre todo su título, porque en 2007 yo escribía esto. Un abrazo.
Andrómeda
Aterrizo desde Andrómeda, llueven/
estrellas a la orden de los pedidos/
y las marcas blancas del suelo indican/
plaza de enterramiento limitado./
El cielo es de todos, tengo entendido,/
pues yo también exijo mi pedazo,/
mi queso!, mi queso!, dónde se ha ido?/
por hordas de ratones devorado./
Me administro mi ración diaria de pureza/
mezclada con un cuarto y mitad de grises/
asi cuando vea acercarse la acera/
me fundiré con ella, que nadie me pise./
Mira que avisé, pues en toda la cara!/
me alcanzan zapatos de todos los colores/
pero yo sólo veo la suela desgastada/
y una extensa variedad de partes nobles./
Ahora me levanto, que veo hueco,/
el planeta entero para rellenarlo,/
pintarlo de colores, aunque quede feo,/
con tiempo y cariño lo iremos retocando./
Adiós Andrómeda, que aquí me quedo/
en este huequito islote entre el tráfico/
repartiendo tus estrellas disimuladas,/
atendiendo puntual los pedidos de sueños,/
no olvidéis mirar el buzón por la mañana./
Nos pasamos la vida buscando respuestas. Forma parte de nuestra naturaleza. Las buscamos en las estrellas, en los libros, en el fluir de la vida, en los otros,... y a veces hasta las encontramos, sólo para reiniciar de nuevo la búsqueda, una vez más, y así seguido.
Querido Pedro, me encantó tu poema. Aunque quizá no estemos solos, me quedo sin duda con las dos primeras estrofas, las que siento como mías y en las que creo.
Besos enormes que lleguen a tí, de este a oeste. Eso es lo seguro, lo demás ¿quién sabe?
Para José Baena: no olvides mirar el buzón por la mañana. Una delicia.
Esos secretos y esas fantasías tantas veces los soñé cuando niño miraba las estrellas, a decir la verdad, soñaba hasta los dinosaurios, después crecí y crecieron las luces que impiden mirar a las estrellas, pero nunca he dejado de soñar que llego a las estrellas.
Este poema tuyo lo hago mío, querido amigo.
Un fuerte abrazo.
Leo
Que hermoso sentir, más bello es leer en tus letras, la armonía que guardas en cada frase en cada letra. Me ha encantado mi querido amigo. Un beso mágico desde mi mundo de hadas.
Tener una estrella es una certeza que nos llena el corazón cada vez que en las noches la buscamos mientras nos sobrecoge la vastedad del firmamento.
Totalmente de acuerdo contigo, Pedro. La religión puede estar en las cosas ceercanas, el agua, cosas palpables que nos alegran el día.
Conseguí entrar en tu blog, ya veremos a ver cómo salgo.
Un abrazo.
¿Me llevarás contigo, Pedro mío?
Yo también quiero tomar esa mano.
Qué hermosura de poema y de sueño...
Es cierto, quizás no estemos tan solos...
tOUCHE....Te envio un correo...un abrazo enorme
Huyyy, bello y esperanzador, con una rima que produce un efecto musical precioso.
Espero que ET extienda su manita pronto, jiji. Y otro besitooo
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