Arrastra la soledad
su propio mantra que musita:
silencios de meridiano reproche
sueños incubados en el confín de la palabra sin aleteos
(para no repetir silencio;
siempre silencio:
precedido y sucedido
por ese otro cojonudo pretexto de la subsistencia
que es el tiempo).
El mar, inmóvil, como lago de vidrio
es azogue y reflejo
de celestes, apocalípticas depresiones:
azules ensimismados
cabizbajos
suicidamente tenues
ante el rechazo de las nubes.
Mi ojo (tengo uno solo; uno que mira
— el otro dormita y vigila por dentro—)
se acomoda a la asfixia amoratada del momento
con pestañeos leves, avícolamente pausados y tediosos
de abanico cansado y capado
— ¡a quemarropa!— de cinetismos...
Los caballos de mar abaten con sus colas de ocio
artrópodas moscas inventadas por el agua
y los corales bailotean, como peinetas al desgaire
atrapando plancton que emite micro-alaridos de "¡Socorro!"
en burbujas diminutas cuyo equivalente
es la parálisis del más abyecto y amordazado mutismo.
Me pierdo en las algas que me persiguen
hasta descubrir que forman parte de mi pubis...
Entre mis dedos:
membranas transparentes de sílice y amianto...
Buceo en las cavernas del cielo-mar invertido:
inverso todo sin contienda
en los cuatro puntos cardinales
y más allá de lo cardinal-extraordinario:
en toda dirección cabalística
de lo ordinal y sucesivamente finito.
Surrealista la oblicuidad del juicio
arropado entre caracolas y estrellas de mar
envenenadas de salobre llanto y sangrante clorofila homicida
propagándose como un virus omnipresente y maligno
entre las corolas de las anémonas que pululan
gravitando sobre el fondo cristalinamente imposible
del cielo reventado de lenguas
e indefinibles sexualidades de lo pisciforme.
Me refugio entonces, perseguido por las algas
en una ostra que es molusco y vagina ancestral
de rotas cosmogonías
empollando allí su perla en concreciones de nácar y proteínico semen:
simbiosis e híbrido perfecto del sincretismo del mar
con lo aceptablemente absurdo
cuando nazca
entre sueño y pesadilla del agua
el hijo amado y predilecto de la luna.
10 comentarios:
En el silencio se puede oir tantas cosas, tan sólo tienes que prestar mucha atención, y escucharás como te habla, te cuenta, te dice.
Qué la magia en lo que escribes y haces nunca se apague, eres una gran persona, y te deseo desde mi corazón que tengas un feliz 2011, lleno de muchas cosas lindas y mucho amor, que tanta falta hace en estos tiempo.
Un enorme abrazo desde la distancia. Millones de gracias por tu amistad.
Buenos días mi querído Pedro:
Llevo vatrios días intentando hacerte un comentario, pero no se que pasa, mi PC se queda quieta,bloquedad y tengo que apagar y volver a encender y otra vez lo mismo. Ya aburrida desistí de mi enpeño. Hoy tozuda que soy otros tres intentos y esta vez si puedo decirte:
Gracias por este tiempo en que nos hemos ido conociendo y yo poco a poco entender , no sin dificultad el lenguaje de tus poesías.
Me siento feliz de haber conocido tu blog y tu persona, sois una sola cosa ser y pensar.
No pude felicitarte las navidades, lo hago hoy por el año nuevo que se acerca, no sabemos que nos deparará, pero creo que por nuestra parte se que aumentará más nuestra amistad y Dios que todo lo ve y lo sabe cuidará de ti y de aquellos a quien tú amas.
En el silencia de la mar , en el silencio del cielo, es donde se aprende a amar
Recibe un beso de mi ternura
Sor.Cecilia
Pedro amigo, que alegría de volver a comentar, mira que tenía ganas. Espero que estes pasando unas felices fiestas.
Es precioso este poema, al igual que la imagen surrealista, me encanta, como esa ostra en su refugio.
Un besote enorme y que tengas una extraordinaria salida y entrada de año.
Cuando el silencio ensordece, y no deja su legado, todo es posible, amigo mío, hasta escribirle un poema cargado de fuerza y solo en apariencias silente, este tu caso, porque a pesar del silencio, tu poema dice, transmite y emociona. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Leo
hoy querido Pedro me he perdido en ese mundo tan tuyo, tan de todos...y me han perseguido las algas....
Abrazo y beso del gordo
Mi querido Pedro; en la calma de tu hogar, en el silencio, percibirás sus ay! sus espumas, sus sones, como si el oleaje os hubiera fundido, en una sola pieza de amor eterno.
El mío más modesto, vuela a hacerte compañía.
Besos siempre, amigo.
Me quedo en silencio, mientras me hacen eco profundo tus palabras dentro.
Un abrazo.
¿Sabes, Pedro querido?
Creo que eres uno de los mejores poetas del mundo mundial.
Cada vez que te leo, mi admiración aumenta (ya no te digo cómo tengo la boca).
Y, si hablamos de cariño...tú sabes que no cabe en el mar.
Amigo, qué poema. Me ha dejado estupefacto, casi sin respiración. Uno sigue o trata de hacerlo la lectura con todos los sentidos, los que están y los que no. Al leerlo y escuharlo en mi porpia voz, no he activado la tuya para éste, he ingresado en la dimensión que propones, o, al menos, así lo creo, y me ha parecido superlativa y detallada, una síntesis de sensualidad y conciencia, pocas veces lograda, sin que se abandone la ejecución musical de los fonemas. Cuando uno lee a un poeta y entra en un universo o dimensión nueva, como por ejemplo en Neruda y en Vallejo, se reconoce al grande, al que nos hace ver algo nuevo, diferente, y ese es tu caso querido amigo Pedro, te saludo nuevamente alzando la imaginaria copa!!!
Huy, esa relación entre las aguas marinas, las mareas y la luna...Ay, mi Pedrico, hermosos versos cuajados de metáforas, de comparaciones exquisitas, en todo un derroche evocador de la misma vida...
Y otro besito, salado como el Caribe en noche de plenilunio...
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