(Reposición con voz a petición de una querida amiga que conoce este poema desde su nacimiento, hace más de veinte años, esta vez, con música de fondo)
Cuando la tierra llora
no hay opción.
La conmoción sacude
las testas coronadas
y los asientos de piel
de los dictadores,
y la sangre llueve
en un diluvio,
y las llamas devoran
las cárceles de ignominia
donde se pudren huesos amados.
Cuando la tierra llora
no hay ni amanecer
ni ocaso.
Existe un claroscuro
de miedo y de esperanza
que las luces infinitas
no diluyen.
Cuando la tierra llora,
y los ancianos,
y los niños mueren,
y las madres abortan la vida,
surge del suelo un vaho
que ahoga el tiempo imperfecto
de los odios anquilosados.
Cuando la tierra llora
hay un llanto general
que brota de las entrañas
dejando un sabor de sal
en las pieles dormidas.
Déjame llorar contigo,
tierra.
Deja que junto a ti
derrame una sola de mis lágrimas.
Déjame besar tu seno
de frutos carcomidos
y rosas muertas.
Déjame darte vida.
Déjame hacerlo, tierra.
Buscaremos el camino
al otro lado del alba.
13 comentarios:
como siempre decirte que esta asturiana se ha emocionado con tu bellisimo poema dedicado a nuestra madre tierra, un besin muy grande y gracias por hacernos participes de tu belleza reflejada en tus bellisimos versos.
Déjame llorar contigo...juntos será más fácil encontrar ese cámino.
Vaya poema, querido Pedro. Fuera los dictadores, aunque por desgracia tengan que morir otros.
Me ha gustado mucho, por la inmediatez y las palabras tan bien escogidas. Es emocionante esta estrofa:
Cuando la tierra llora
hay un llanto general
que brota de las entrañas
dejando un sabor de sal
en las pieles dormidas.
Besos que encuentren el camino para todos los pueblos y uno muy grande para ti, poeta.
lloraré contigo querido Pedro
me emocionaste
mucho
Besos un montón
Es un placer oir tu voz. Un poema triste, muy hermoso!
besos
Este poema es verdaderamente conmovedor, querido Pedro. Nuestra relación con la tierra, que llora y se descompone como una madre total atravesada por infinitas espadas que le clavan los desaprensivos, nos sume de nuevo en ese deseo visceral de volver a confundirnos con ella y ser parte mineral de su substancia, para consolarnos y consolarla. De esta imposibilidad percibida como posible esta hecho tu poema y, además, logrado. Un abrazo amigo, maestro.
Saludo, mi muy estimado hermano Pedro:
Que el Señor te colme de bendiciones siempre, hermano del alma, a fin de que continúes produciendo poema de este tipo y estirpe. Me encantó este poema, es ciertamente muy bueno.
Me gustaría añadir, a mi comentario, que cuando la tierra llora los hijos de Las Antillas lloramos también, pero lo hacemos de pura impotencia si no nos dejan, o nos podemos, pelear por liberarla...
Abrazos muuuy fuerte, Pedro querido.
Pedro, esa anáfora de la tierra va calando a medida que avanza la lectura del poema, sin permiso los ojos se empañan y al final las lágrimas se derraman con una mezcla de tristeza e impotencia que obliga a tragar saliva. Gracias por hacerme sentir.
Te abrazo largo.
Poeta, si esto que leí y escuche en tu voz tiene veinte años, cuánto me he perdido, cuánto.
Está tan vigente que realmente asusta.
Un abrazo otra vez desde el sur del mundo.
Hermoso, entrañable y emocionante.
Eres un genio
Tus versos se me han clavado como un cuchillo, mi hermano, que hermoso y triste en una vez, este poema, que en estos días che me circundan hacen que el llanto se desahogue libre y corra por mi rostro.
Un abrazo.
Leo
Huyyy, Pedro, esa tierra a la que maltratamos todos y todos somos responsables de ese maltrato, aunque algunos más que otros, sobre todo, aquéllos que detentan el poder.
Un poema hermoso, como todos los que pare tu sabia pluma, a la vez que de denuncia, pues hace veinte años ya la tierra reclamaba un trato justo y hace algunos más también. El poema no ha perdido vigencia con el tiempo, sino que la ha cobrado, mi niño querido.
Un beso enorme, poeta.
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