Somos
la negación
supuesta
del origen,
la abominación
de maniático
recelo
de aquéllos
que
sin sabernos
condenan
no concibiendo
que somos
tan ordinarios
cotidianos
y asiduos
como la lectura
del mismo diario
a la hora
del desayuno;
como un hermano
un padre
o una amiga
que por dentro
arrastran
el mismo deseo
secreto;
como besarse
con el corazón
henchido
como
dos
amantes
cualesquiera.
2 comentarios:
Hablas de amor y no hay nada mas bonito en la vida. Los que condenan el amor en cualquiera de sus demostraciones, no son mas que amargados, castrados por los tabues que les inculcaron desde la cuna, en el fondo dignos de lastima porque son los que mas sufren.
Precioso poema, genial como mi dulce poeta.
Besitos Pedro.
Tienes toda la razón, musa querida. Los ignorantes, los infelices que no saben amar y que tienen temor a mirar más allá de las convenciones ridículas son los que más sufren, aunque no se den cuenta. Si no haces daño ni te haces daño, ama sin reservas. El que no ama de alguna forma es como el libro que nunca fue escrito: está en ciernes, pero no se materializa ni aporta su visión y experiencia renovadora y humana. Besitos cubanos, musita mía...
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