Dedico este poema con profundo respeto a la madre de mi musa española y a todas las mujeres maltratadas en cualquier parte del mundo. Sólo tienen que abrir las alas y echarse a volar...
Mujer
que has sufrido
insolentes amagos
y púrpuras tatuados
sin pedirlo
en tu rostro.
Que has probado
el salitre
de tu propia
sangre
en el labio violado
por mísero puño.
Cuyo escudo
de entonces
fueron sólo las manos
—palomas voladas
en raudo aleteo—.
Mujer
que volaste
haciéndote
al aire
dejando
atrás
el espectro
de efímeras
promesas.
Mujer
enorme
y gloriosa
del tamaño
de un planeta.
Tus brazos
se hicieron recios
al bregar de la contienda
dando siempre
de tu centro
la energía y la nobleza
que fue infundiendo
en tus hijos
un sentido de grandeza
para la madre
que amante
y sin alarde o vergüenza
demuestra
que los ovarios
son cojones
de tigresa.
3 comentarios:
Esto sí que no me lo esperaba, me dejas sin palabras. Solo puedo decirte que me ha emocionado hasta el punto de que me caigan las lágrimas.
Muchísimas gracias de corazón Pedro, no sabes cuánto me alegra haber llegado hasta tu isla y haber conocido a un hombre tan genial como tú.
A mi madre también le ha gustado mucho, te manda un cálido abrazo.
Besitos desde Madrid con todo mi cariño.
Gracias a tí Pedro, por este maravilloso poema, por tu compromiso hacia la mujer maltratada y por tu integridad y respeto hacia toda mujer del mundo.
Mis respetos por encontrarme en mi camino hombres como tú.
Saludos!!
Que increíble y cierto!!
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