lunes, 12 de octubre de 2009

Malabarismo y balance en Acrobacia del Abandono

Acrobacia del abandono (Premio Agustín Acosta 1988; publicado por Editorial Betania, Madrid, en diciembre del propio año) trajo a mí la sugerencia de aquellas palabras expresadas por el genio de Picasso: "Je ne cherche pas; je trouve".

Porque al leer estos poemas no supe realmente si Rafael Bordao se daba a la búsqueda o al encuentro de la poesía; si jugaba a balancearla o por el contrario, se divertía en hacerla saltar a su antojo para luego atraparla en el aire, rompiendo su caída.

Ambas tendencias son válidas en el libro.

Esa ambivalencia, , debatida entre artificio y reflexión, es la fuerza motriz y la matriz misma donde se gesta y se manifiesta la personalidad poética del autor que va al encuentro de su búsqueda y viceversa, fraccionado entre el caos de la creación y la necesidad de impartir a ésta un orden interior que emanado de la cavilación filosófica y la experiencia, justifiquen su raison d'etre:

Esos peces que no van ni vienen

hipodérmicos de nada en lo remoto

inexpresivos y circunspectos

de flotar en el cansancio y el disgusto...1

Versos como estos removieron en mi memoria un dejo casi olvidado que me hizo recordar a Mallarmé en virtud de atormentado Igitur. El disparate aparente de un adjetivo como hipodérmicos es hábilmente rescatado con la superposición de otros dos adjetivos, un complemento explicativo y la presencia de un verbo que subraya el tiempo que legitimiza la idea de herida o de penetración subcutánea:

…inexpresivos y circunspectos

de flotar en el cansancio y el disgusto

en el agua que venda sus instantes2

Este recurso estilístico, con tenues variantes, es la cuerda floja sobre la que Rafael Bordao balancea el peso de su caos metafórico, de un lado y el juicio finamente acertado de sus valores ; de su moral como artista y como individuo.

Sin renegar de sus paisajes, los recrea; sin conocer límites de creación, los impone ( a tiempo, muy a tiempo, cuando parece que el poema va a derrumbarse sacudido por el terremoto de la metonimia y de los juegos malabáricos de un lenguaje que ocasionalmente roza lo vulgarmente cotidiano y soez):

… écheles palabras sugestivas y suaves

en sus pequeños oídos bautizados

salga del cine y no cometa el error

de habar de cigarros o pelota3

(…)

…siéntela en la sus rodillas y balancéela con su digital apoyo

hasta que vea sus risueños ojos llenos de brillo.

Desde ese momento queda usted propenso

a sufrir el acosado delirio del orgasmo.4

Es, sin embargo, en Acrobacia del abandono5 donde Bordao se desdobla sin reservas; humano y vulnerable a las inclemencias de su tiempo cronológico e histórico y del medio en que vive. Se materializa, analizando su esencia introspectivamente y reconoce con ello la mortalidad del yo y todo cuanto le rodea. Sólo el arte y la precaria acrobacia de su ejecución se sustraen al avance inexorable de lo efímero y lo perecedero y con ellas, la rúbrica espiritual del artista que propiciara su génesis y que ha perdido su batalla corporal en pos de lo eterno:

…Empero las aves que trascienden en el vuelo

olvidan con su instinto cabal

los anuncios que no entienden

la herejía que borbolla

en el hacinamiento y el llanto

la perspectiva de cansancio

y divulgan su canto esencial

—incurable y olímpico—

su melodía de aire

en la acrobacia sin fin

de mi espíritu.6

En Dádiva7, Rafael Bordao asume otro aspecto de su humanismo. Es aquí más tranquilo, más contemplativo: menos cáustico; circundado de un paisaje quasi idílico que echa a volar en nuestra imaginación con visos de mito. Existe una ternura inusitada en este poema que le apartan del resto; como si el soliloquio interior que sostiene el poeta con sus propias observaciones de un hecho intrísecamente personal —desde su perspectiva—, transcendiera a nosotros como hito propio para transmutarse en diálogo de una experiencia compartida entre el lector y el artista:

Fluyen intempestivas hacia el misterio

tras un hirsuto aliento de semilla

olvidando todo su infortunio en la enramada

desde la cual demandan con inquietud

las nueces8

Avengo mi juicio a la opinión de Ángel Cuadras9 en cuanto a la fina y bien lograda imagen metonímica de los tres versos finales:

pero antes que anochezca

dejan (íntegro) su amor

en el césped.”

En el resto de los poemas, Bordao mantiene asimismo un balance entre lo lírico y lo cotidiano; entre lo posible y lo absurdo de metáforas y pensamientos que se enlazan o entrecruzan al vuelo para constituir un todo coherente; como si, lanzadas al salto mortal desde un trapecio —¿un péndulo?—, consiguieran salvarse, sólo, mediante su adición as esa estructura oscilante y viva que les protege contra los embates del raciocinio promedio, sobre el cual triunfan.

Acrobacia del abandono no es un poemario para ser disfrutado, sino compartido. Con la esencia del artista y los frutos que de su arte nos desgaja, en ofrenda. . El disfrute opera su mecanismo a posteriori; cuando estamos dispuestos a aceptar “el crujir de las hojas mustias demolidas”, o “un grupo de mujeres pusilánimes / satinadas de soledad y cosméticos”, o bien que “los enamorados estiran la noche como si fuera un chicle”; y más: “te sentirás caduco, irreparable y desdeñoso, / preñado de complot un viejo intervalo”.

Aquellos que juzgan la belleza con el metro clasicista ; aquellos que quieren elevarse al éter asidos al trémulo plumaje de alguna oropéndola; aquellos que se niegan a reconocer que existe otra belleza más terrena y apegada al destino del hombre que esa otra, banal y de artificio, se abstengan de juzgar este libro.

Yo, por mi parte, me sumo a la acrobacia y me entrego, sin reservas, a la reflexión inicua del abandono.

NOTAS

1Testimonio de un abogado, pág. 17; op. cit.

2Ídem

3Fórmula para evocar silenos, págs. 20 y 21; op. cit.

4Ídem

5Poema que da título al libro, págs. 25 y 26; op. cit.

6Ídem

7Pág 32; op. cit.

8Ídem

9Léase el prólogo que precede al poemario, págs. 9, 10, 11; op. cit.

Si desea adquirir Acrobacia del abandono puede hacerlo a través de este enlace:

http://www.amazon.com/Acrobacia-abandono-Coleccion-Betania-Spanish/dp/8486662222/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=books&qid=1255066438&sr=8-1

Publicado originalmente en La Nuez, revista de arte y literatura, Año 2, No. 4, pág. 21.



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Mi foto
La Habana, Cuba, Los Ángeles, Estados Unidos
Nacido en La Habana, Cuba, el 3 de diciembre de 1960. Emigra a Estados Unidos en 1980, a través del éxodo masivo de Mariel. Ganador de numerosos concursos de poesía, literatura y ensayo en Cuba y Estados Unidos. Publica su primer poemario, "Insomnia" en 1988, con gran acogida por parte de la crítica especializada y el público. Considerado por críticos y expertos como uno de los poetas fundamentales y representativos de la llamada Generación del Mariel junto a Reinaldo Arenas, Jesús J. Barquet, Rafael Bordao, Roberto Valero y otros.