Acrobacia del abandono (Premio Agustín Acosta 1988; publicado por Editorial Betania, Madrid, en diciembre del propio año) trajo a mí la sugerencia de aquellas palabras expresadas por el genio de Picasso: "Je ne cherche pas; je trouve".
Porque al leer estos poemas no supe realmente si Rafael Bordao se daba a la búsqueda o al encuentro de la poesía; si jugaba a balancearla o por el contrario, se divertía en hacerla saltar a su antojo para luego atraparla en el aire, rompiendo su caída.
Ambas tendencias son válidas en el libro.
Esa ambivalencia, , debatida entre artificio y reflexión, es la fuerza motriz y la matriz misma donde se gesta y se manifiesta la personalidad poética del autor que va al encuentro de su búsqueda y viceversa, fraccionado entre el caos de la creación y la necesidad de impartir a ésta un orden interior que emanado de la cavilación filosófica y la experiencia, justifiquen su raison d'etre:
hipodérmicos de nada en lo remoto
inexpresivos y circunspectos
de flotar en el cansancio y el disgusto...1
de flotar en el cansancio y el disgusto
en el agua que venda sus instantes…2
Este recurso estilístico, con tenues variantes, es la cuerda floja sobre la que Rafael Bordao balancea el peso de su caos metafórico, de un lado y el juicio finamente acertado de sus valores ; de su moral como artista y como individuo.
Sin renegar de sus paisajes, los recrea; sin conocer límites de creación, los impone ( a tiempo, muy a tiempo, cuando parece que el poema va a derrumbarse sacudido por el terremoto de la metonimia y de los juegos malabáricos de un lenguaje que ocasionalmente roza lo vulgarmente cotidiano y soez):
… écheles palabras sugestivas y suaves
en sus pequeños oídos bautizados
salga del cine y no cometa el error
de habar de cigarros o pelota…3
(…)
…siéntela en la sus rodillas y balancéela con su digital apoyo
hasta que vea sus risueños ojos llenos de brillo.
Desde ese momento queda usted propenso
a sufrir el acosado delirio del orgasmo.4
olvidan con su instinto cabal
los anuncios que no entienden
la herejía que borbolla
en el hacinamiento y el llanto
la perspectiva de cansancio
y divulgan su canto esencial
—incurable y olímpico—
su melodía de aire
en la acrobacia sin fin
de mi espíritu.6
…Fluyen intempestivas hacia el misterio
tras un hirsuto aliento de semilla
olvidando todo su infortunio en la enramada
desde la cual demandan con inquietud
las nueces…8
Avengo mi juicio a la opinión de Ángel Cuadras9 en cuanto a la fina y bien lograda imagen metonímica de los tres versos finales:
…pero antes que anochezca
dejan (íntegro) su amor
en el césped.”
En el resto de los poemas, Bordao mantiene asimismo un balance entre lo lírico y lo cotidiano; entre lo posible y lo absurdo de metáforas y pensamientos que se enlazan o entrecruzan al vuelo para constituir un todo coherente; como si, lanzadas al salto mortal desde un trapecio —¿un péndulo?—, consiguieran salvarse, sólo, mediante su adición as esa estructura oscilante y viva que les protege contra los embates del raciocinio promedio, sobre el cual triunfan.
Acrobacia del abandono no es un poemario para ser disfrutado, sino compartido. Con la esencia del artista y los frutos que de su arte nos desgaja, en ofrenda. . El disfrute opera su mecanismo a posteriori; cuando estamos dispuestos a aceptar “el crujir de las hojas mustias demolidas”, o “un grupo de mujeres pusilánimes / satinadas de soledad y cosméticos”, o bien que “los enamorados estiran la noche como si fuera un chicle”; y más: “te sentirás caduco, irreparable y desdeñoso, / preñado de complot un viejo intervalo”.
Aquellos que juzgan la belleza con el metro clasicista ; aquellos que quieren elevarse al éter asidos al trémulo plumaje de alguna oropéndola; aquellos que se niegan a reconocer que existe otra belleza más terrena y apegada al destino del hombre que esa otra, banal y de artificio, se abstengan de juzgar este libro.
Yo, por mi parte, me sumo a la acrobacia y me entrego, sin reservas, a la reflexión inicua del abandono.
NOTAS
1Testimonio de un abogado, pág. 17; op. cit.
2Ídem
3Fórmula para evocar silenos, págs. 20 y 21; op. cit.
4Ídem
5Poema que da título al libro, págs. 25 y 26; op. cit.
6Ídem
7Pág 32; op. cit.
8Ídem
9Léase el prólogo que precede al poemario, págs. 9, 10, 11; op. cit.
Si desea adquirir Acrobacia del abandono puede hacerlo a través de este enlace:
Publicado originalmente en La Nuez, revista de arte y literatura, Año 2, No. 4, pág. 21.
No hay comentarios:
Publicar un comentario