A José Martí (28 de enero de 1853 - 19 de mayo de 1895), quien amó a Cuba hasta entregarle su propia vida y quien aún, a 157 años de su nacimiento, es el pensador, intelectual y creador literario más necesario, mal interpretado y manipulado de toda nuestra historia como joven república y como punto referente de inspiración, fracaso y esperanza para todos los pueblos hermanos de América.
Bienvenido en su día,
Maestro.
Bienvenido a esta Isla
cimentada
sobre técnicos prodigios
en la súbita explosión
de embotellados
silencios.
Bienvenido
a esta tierra
de luces
y artificios
que encubierta
tras otras denominaciones
o desde su fértil anonimato
sigue siendo Cuba
porque Cuba
no emigra de la sangre
ni se exila en la memoria
sino que fluye
como un río
en todos nosotros
y va
con los pies ampollados
y el alma rota
donde quiera
que la planten
como un árbol
aquellos
que la llevamos
como semilla
en medio del pecho.
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