miércoles, 21 de abril de 2010

25 años del Liceo Internacional de Cultura

Hace hoy 25 años, Ela Lee, fundadora y Presidenta vitalicia (nadie se ha atrevido jamás a cuestionar o disputar la legitimidad y la transparencia de sus funciones y de su cargo), lanzó la idea que estremeciera, en su tiempo, el adormecido panorama cultural de la ciudad de Los Ángeles, al crear, con su Liceo Internacional de Cultura, una organización de asentamiento cubano con proyección latinoamericana e internacional que fue, durante años, vivero y trampolín de escritores, poetas, dramaturgos, artistas visuales de todo tipo, actores , músicos, cantantes y público en general, amante y seguidor de estas manifestaciones artísticas y sus exponentes.


Avalado por numerosas distinciones locales, nacionales e internacionales y un concurso literario anual (Querido Borges), el Liceo Internacional de Cultura de Hollywood presentó dentro de su variada y vigorosa programación inicial artistas de la talla de la poetisa argentina Esther de Izaguirre, la cantante gitana de flamenco Sarita Heredia, el aclamado pintor cubano Héctor Molné, el musicólogo Arnoldo Capote, el Maestro percusionista cubano Rolando Soto, el internacionalmente conocido pintor colombiano Luis Magín, la actriz mexicana Armida Miller, el escritor y experto en teatro de origen cubano-español Carlos Miguel Suárez Radillo, el lingüista, pedagogo y autor de libros de texto Brandon Zaslow; el escritor, periodista e intelectual cubano Octavio R. Costa; amén de artistas y músicos locales como Eduardo Durand, Paloma Morales, Marcia y el Maestro guitarrista español Benito Palacios.


Yo comparto el inmenso privilegio de haber sido parte activa de esta organización y me cabe el orgullo de haber encabezado el espectáculo poético-artístico más ambicioso y aclamado que recuerdan los anales de este tipo de eventos en esta ciudad, al ser presentado por el Liceo Internacional de Cultura declamando mi propia poesía en un Recital de Otoño que impactó por igual a críticos, periodistas y asistentes por su novedoso montaje, la calidad del material escogido y el dominio escénico que demostramos en su ejecución sobre las tablas.


El Liceo fue, sin embargo y en su concepción original, mucho más que una colección de nombres célebres (algunos ya tristemente desaparecidos) y de sonados y envidiables eventos. El Liceo fue una idea, un propósito, una misión de su creadora e impulsora: la incansable e inexplicablemente tímida y modesta Ela Lee.


Hablo de Ela y lo hago a sabiendas de hacerlo a expensas de todos cuantos en un momento dieron su esfuerzo, su tiempo, su aporte personal al engrandecimiento y funcionamiento de esta institución: Juan Manuel Lee (su esposo), el Dr. Pedro Izquierdo-Tejido, Raúl Revilla, Enrique Romero, Nelson Henríquez, Yanalté Kent, Brandon Zaslow, Lucio Planes, Luis Planes, Michael Newiadomy, Nieves y Senén Reyes, Winnie Sánchez, Héctor Naranjo, Mario y Cuza Montes, Orestes Chauvin, Frank y Jenny Llopis, Frank Navarro, Victorino Rodríguez, Alicia Giraghossián, Pepe Ortíz, Rafael Araña, Madelina Fernández, Sarita Robés, Carlos Groppa, Carlos Matta, Al Nodal, Bernard H. Hamel y su esposa Leonor, Mary Perla Nieya, Armando Cruz, Luis González, José Peregrino, Dr. Francisco Morales Maceo...


Ela es punto y aparte. Ela fue el cerebro, el corazón y el motor financiero impulsor de todos estos múltiples y asombrosos eventos. Jamás aceptó dinero ni prebendas de nadie. Jamás cobró entrada a sus actos. Jamás puso condiciones o impuso criterios para la realización de actividades tan disímiles y en ocasione, controvertidas por la esencia misma de su contenido. Fue asimismo, fundamental y decisiva la adhesión y el respaldo del Liceo Internacional de Cultura en la persona de Ela Lee (junto a otras organizaciones cubanas) al otorgamiento por parte de la Cámara de Comercio de Hollywood de una estrella en el Paseo de la Fama (Walk of Fame) a la popular cantante cubana Celia Cruz y posteriormente, y en unión de la Casa de España de Los Ángeles, el otorgamiento de la Real Orden de Isabel la Católica al profesor y poeta hispano-cubano Victorino Rodríguez, en reconocimiento a su larga y abnegada labor en pro de la lengua y la cultura hispánicas.


Ela Lee, pisciana de cepa e hija huérfana del fatalismo atávico más elegante, dio y prodigó hasta que fue física y pragmáticamente imposible dar más.


De esta forma, y precedido ya de amplio aval internacional por su concurso anual de cuentos Querido Borges, se reconstituye el Liceo Internacional de Cultura, para devenir, de forma decantada y exclusiva, en matriz y podio de este certamen literario de narrativa corta cuyo ámbito geográfico y radio de influencia cultural se extiende desde las desérticas planicies de Australia hasta los confines de la Tierra del Fuego, en la Patagonia argentina; Groenlandia al norte y plazas tan prestigiosas, dispares y polémicas como París, Madrid, Barcelona, Berlín, Roma, Buenos Aires, Caracas, Ciudad de México, La Habana, Berlín, Montreal, Moscú, Tel Aviv, El Cairo, Johannesburgo, Canberra, Addis Abeba, Nueva York, Boston, Miami, Bogotá o Montevideo.


A la avalancha inicial, torrencial y arrolladora, le ha sucedido este orbitar anual que, como astro en perihelio, nos visita puntualmente cada doce meses para estimular, premiar y ofrecernos lo mejor y más sobresaliente de la cuentística universal en lengua castellana. Sus ganadores han procedido abrumadoramente de Argentina, España, Estados Unidos, Australia, Cuba, Francia y Alemania.


Al centro de esta minigalaxia de inagotable entusiasmo y esfuerzo perenne está Ela Lee, eje de rotación y punto hacia donde gravitan las responsabilidades de organización, propaganda, consecución y selección de jurados, deliberación, fallo, premiación con diploma y en efectivo y la ya anticipada publicación de los trabajos ganadores en un volumen que promete ser una fiesta tan esperada como la que se planea en estos días para conmemorar los veinticinco años de una idea que echó raíces para después remontar vuelo y tocar la grandeza de otras esferas.




2 comentarios:

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Desconocía la existencia de Ela Lee y de este Liceo Internacional de Cultura de Hollywood, pues a España no nos llegan demasiadas noticias del ámbito cultural norteamericano, ni tampoco del de los cubanos en el exilio. Pero me ha encantado saber, de primera mano, sobre este centro que promueve todo tipo de iniciativas culturales y donde tú has brillado con luz propia como el buen poeta que eres, recitando tus propios poemas. Mi enhorabuena por ello. Otro beso, Pedro.

Pedro F. Báez dijo...

Mayté, eres especial. Esta organización fue muy querida para mí, y su creadora, Ela Lee, a la que todo sus íntimos llamamos Macuca. es una mujer excepcional que desafortunadamente no tuvo el marco histórico apropiado ni la asistencia de las autoridades competentes para ir más allá con su gran proyecto original. Gracias por sumarte a mi homenaje a esta gran mujer y a esta organización que tanto hizo por la cultura y la lengua hispánicas en tierras extranjeras.




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Mi foto
La Habana, Cuba, Los Ángeles, Estados Unidos
Nacido en La Habana, Cuba, el 3 de diciembre de 1960. Emigra a Estados Unidos en 1980, a través del éxodo masivo de Mariel. Ganador de numerosos concursos de poesía, literatura y ensayo en Cuba y Estados Unidos. Publica su primer poemario, "Insomnia" en 1988, con gran acogida por parte de la crítica especializada y el público. Considerado por críticos y expertos como uno de los poetas fundamentales y representativos de la llamada Generación del Mariel junto a Reinaldo Arenas, Jesús J. Barquet, Rafael Bordao, Roberto Valero y otros.