(Con audio en la voz del autor)
Entra Cleopatra a Roma
sobre carroza de bridas testiculares:
altiva, arrogante, regia, displicente
sin indicio
ni vestigio
de culpabilidad
ni acrofobia...
Su mirada desde un punto indefinido
racionaliza indolencia
sociopatía
derroche.
Es reina y diosa:
le sobran abolengos.
Puede
porque simplemente
es de mil maneras
divina.
(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)
4 comentarios:
Si, hay personajes que se confunden con semidioses, ella puede hacerlo...
un abrazo enorme
Bueno estamos hablando de un ser muy cercano a una deidad hecha por el ser humano, que por su personalidad, posicion social y belleza, aun es inmotal gracias a la historia, un abrazom que bien que le dedicas un poema!!!!!!
¡¡¡Ay, poeta sabio y divino!!! Nada se te resiste, ningún tema. Y sobre esa peli inolvidable, que habremos visto cientos de veces, con esa Celopatra_ Taylor divina de la muerte, nos compones un poema soberbio, que me recuerda incluso un poco a la poesía del guatemalteco de Miguel Ángel Asturias. Y de paso rememoré el filme, que no me gustaban a mí nada que se diga esas de romanos...
Ay, que no te dejé un beso de despedida, pero qué maleducada soy, jiji. Un beso, pero de los grandes grandes, mi querido amigo, y disfruta mucho del fin de semana en esa isla maravillosa tuya.
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