A Ela
Naciste
quién sabe
cuándo.
Aprendiste
a comer
a peinarte
a ser bella.
Pero no has
aprendido
nunca
a no andar
desnuda
en las extensión
de tus alas;
a volar
—en una palabra—
a ser más
que una cualidad
que una flor
que un lago
que un pensamiento
que una esperanza
que una
isla.
A ser
más
paloma
tú.
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