"Este poema para mucho después, Pedro. Antes, la vida".
E.
No quiero homenajes póstumos
que encierren un beso de mármol
ni las ahogadas palabras
de brillantes oradores sin fin.
No quiero la tardía caricia
de la gloria prostituída por la muerte
ni el lamento de negros velos
cubriendo rostros ajados
con olor a ungüento de años.
No quiero lápidas solemnes
con inútiles epitafios
que sólo evocan ayer
y siempre
sin mañanas
ni luces venideras:
tristes lápidas de silencio
en último reposo.
No quiero biografías maquilladas
ni críticas conciliatorias
que se deslían
en una lágrima ausente.
No quiero gestos de melodrama
ni suicidios de papel y rayo láser.
No quiero seguidores vehementes
ni detractores de implacable celo.
No quiero tierras prestadas
ni sermones absurdos
que traicionen
mi fe más limpia.
No quiero
partir
sin legado.
No quiero
morir
en silencio.
4 comentarios:
Bello poema aunque triste.
Has plasmado en tu poema lo que yo tampoco quiero el día que me muera.
Saludos
Después del amor, la muerte.
Después de la vida, nada.
Dijo un poeta español llamado Miguel Hernández.
Morir a los 100... yo quiero morir joven, y no se, tal ves solo q me incineren y lleven mis cenizas a las diferentes partes del mundo donde he amado estar... (buen viaje q se darán) jajajajaja
Un beso!! :D
La belleza de lo triste y la tristeza de lo bello son temas y acordes recurrentes en mi poesía. Miguel Hernández lleva razón, no hay dudas y eso de morir joven, no sé... Es cuestión de lo que nos depare la vida, nuestras decisiones y nuestra propia genética. Abrazos para todos y gracias por visitar mi Isla.
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